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24 de marzo: Día de la Memoria por la verdad y la justicia

 

   El Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia es el día en el que se conmemora en Argentina a las víctimas de la última dictadura militar, autodenominada «Proceso de Reorganización Nacional», que usurpó el gobierno del Estado nacional argentino entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983.
   El objetivo es construir colectivamente una jornada de reflexión y análisis crítico de la historia reciente. En las escuelas se propone como un día para que los niños y los jóvenes, junto con los directivos, docentes y todos los integrantes de la comunidad educativa y local comprendan los alcances de las graves consecuencias económicas, sociales y políticas de la última dictadura militar y se comprometan activamente en la defensa de la vigencia de los derechos y las garantías establecidos por la Constitución Nacional, y del régimen político democrático.
El Proceso de Reorganización Nacional fue una dictadura cívico-militar que impuso un régimen de terrorismo de Estado que causó que decenas de miles de personas fueran asesinadas, desaparecidas,  torturadas, secuestradas siendo bebés, o debieran nacer en cautiverio, padecer la sustracción de su identidad y sufrir el exilio.
  La fecha fue establecida en el año 2002 por Ley de la Nación 25.633, cuyo artículo 1º establece: “Institúyase el 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en conmemoración de quienes resultaron víctimas del proceso iniciado en esa fecha del año 1976.


   Desde biblioteca les acercamos a los alumnos libros que fueron prohibidos por la dictadura militar y compartimos la lectura de cuentos para abrir el diálogo y conversar sobre lo sucedido por qué no, en familia. 
  “Simbología confusa, carencia de estímulos espirituales y transcendentales, ilimitada fantasía”, he aquí algunos de los argumentos de la última dictadura militar para prohibir cientos de libros infantiles. Entre 1976 y 1983 el gobierno de facto intervino especialmente en los ámbitos de la educación y la cultura, determinando una sola manera de pensar y no dando lugar a fantasías ni realidades paralelas. A través de un profundo mecanismo de control en el sector infantil, excluyeron un pormenorizado listado de libros infantiles, a los que consideraron “subversivos”, porque, según su infinita parcialidad, podían cuestionar la autoridad o el orden establecido.
Dado que los integrantes del autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional” se sentían amenazados por ideas y proyectos que interpretaban como divergentes de los valores únicos que ellos pregonaban, idearon un plan para identificar a los supuestos opositores en el ámbito cultural y educativo, a quienes se empezó a considerar difusores de ideas peligrosas por atentar contra los “valores sagrados” de "la moral, la familia y la patria”. El mecanismo consistió en perseguir y torturar autoras y autores, cerrar editoriales, vaciar bibliotecas, y también, tachar canciones y libros, censurados a través de decretos o incluyéndolos en listas negras. A esto se lo llamó "Operación Claridad".
Sacaron de circulación una inmensa cantidad de títulos de literatura infantil con “argumentos” que “justificaron” su desaparición de librerías y colegios.
Ser niña o niño entre 1976 y 1983 significaba, entonces, una indeterminada seguidilla de silenciamientos, a veces explícitos, a veces subliminales. No estaba claro qué se podía decir y qué no, qué se podía escuchar y qué no, qué se podía leer y qué no. Por si acaso, el “auto-silenciamiento” pasó a ser moneda corriente no solo dentro del mundo adulto.


 Con 1º y 2º grado compartimos la lectura del cuento "Un elefante ocupa mucho espacio" de Elsa Bornemann
En 1977, un decreto militar prohibía el clásico infantil Un elefante ocupa mucho espacio, de Elsa Bornemann, acusado de contener “cuentos destinados al público infantil con una finalidad de adoctrinamiento que resulta preparatoria para la tarea de captación ideológica del accionar subversivo”.



Esta historia transcurre en un circo, donde el elefante convence al resto de los animales de hacer una huelga general y, luego de una serie de situaciones graciosas en las que los hombres son obligados a realizar pruebas de animales, consigue su objetivo de que los devuelvan a la selva.
Desde esta lectura, en el cuento Un elefante ocupa mucho espacio, se demuestra que pensar “en elefante”, implica tener ideas tan grandes como su cuerpo
 
Con 3º leímos en Biblioteca "La planta de Bartolo" de Laura Devetach
“La planta de Bartolo” por su parte fue prohibido en 1976, junto con todo el libro del que forma parte: La torre de cubos.


En esta fábula se refleja el mensaje de solidaridad, dignidad, amistad y la acción colectiva, incentivando a los niños a la libertad, la utopía y a la lucha por un mundo mejor. El cuento dice que un niño gaucho llamado Bartolo plantó un cuaderno en la tierra y al tiempo creció una planta que daba cuadernos
Con los alumnos de 4° y 6° compartimos la lectura de "El Negro de París" de Oavaldo Soriano



El Negro de Paris sucede en el contexto de la dictadura de 1976 y trata el tema del exilio. La familia del protagonista parece ser una familia más de las que debió huir de la Argentina para salvar su vida en esos años. Su destino es París. El niño debe adaptarse a otro idioma, a otros compañeros, a otros barrios y a la ausencia de su gata Pulqui. Pronto, el padre y el niño consiguen al Negro: en medio del contexto realista que ofrece el cuento, el compañero felino dialoga con el niño, lo guía hacia alturas insospechadas y lo hace participar de visiones increíbles. Las fechas, las situaciones y los lugares proporcionan al nudo de esta historia un contexto realista.

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